Muchos creen que existen entidades que han dejado su forma humana y que se aferran o adoptan como su hogar edificaciones en todo el mundo. Y esto puede suceder porque el ente perdió su vida en el lugar o en las proximidades y siente una peculiar atracción por el predio o persona que habite allí entre otras tantas causas. Tal es el caso de la Mansión Woodchester, aunque se desconoce la razón específica por la cual se ve poblada por figuras fantasmales que deambulan por sus jardines y aposentos. La residencia se encuentra en el valle de Cotswold, Inglaterra, y es, en verdad, un edificio enorme que de solo verlo produce escalofríos que hielan la sangre, sobre todo por sus inquietantes gárgolas que parecen custodiar el edificio y acechar a quien ose inmiscuirse dentro.