Muchos creen que existen entidades que han dejado su forma humana y que se aferran o adoptan como su hogar edificaciones en todo el mundo. Y esto puede suceder porque el ente perdió su vida en el lugar o en las proximidades y siente una peculiar atracción por el predio o persona que habite allí entre otras tantas causas. Tal es el caso de la Mansión Woodchester, aunque se desconoce la razón específica por la cual se ve poblada por figuras fantasmales que deambulan por sus jardines y aposentos. La residencia se encuentra en el valle de Cotswold, Inglaterra, y es, en verdad, un edificio enorme que de solo verlo produce escalofríos que hielan la sangre, sobre todo por sus inquietantes gárgolas que parecen custodiar el edificio y acechar a quien ose inmiscuirse dentro.
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El mistero de La Zona del Silencio
En la parte central del Bolsón de Mapimí (el cual se encuentra entre los estados mexicanos de Chihuahua, Coahuila y Durango) se localiza un área llamada la Zona del Silencio. El enigmático nombre es causa de un sinfín de mitos que han surgido en torno a la zona. El Bolsón de Mapimí está situado en la parte centro-norte de México, a unos 180 km al noroeste de La Laguna que tiene como ciudades principales a Torreón, Gómez Palacio y Lerdo, y forma parte del Desierto Chihuahuense. La Zona del Silencio se encuentra situada entre Durango, Chihuahua, y Coahuila, entre el paralelo 26 y 28, en el lugar llamado Vértice de Trino. Recibe su nombre porque las ondas de radio no pueden ser transmitidas de manera normal y esto se da sólo en algunas pequeñas áreas, debido a que existen campos magnéticos.
La Zona del Silencio fue reportada por vez primera en la década de 1930 por Francisco Sarabia, piloto mexicano que afirmó que su radio falló misteriosamente mientras sobrevolaba la zona. Desde entonces, muchas personas que han visitado la zona han reportado que las señales de radio se interrumpen al entrar en ella, y que las brújulas dejan de apuntar al norte magnético. A pesar de ello, ninguno ha presentado evidencia sólida que soporte su afirmación. Una explicación lógica para estos fenómenos podría ser la alta concentración de hierro proveniente de la constante caída de meteoritos. Alguna vez en el tiempo, esta gran extensión de tierra estuvo bajo las aguas del llamado Mar de Thetis, demostrado por la existencia de fósiles marinos en la zona. En la Zona del Silencio también existen áreas con gran concentración de fragmentos de aerolitos, así como especies endémicas, como lo es la tortuga del desierto, reptiles únicos en el mundo y abundantes nopales violáceos que deben su color a que las capas que protegen de los rayos solares han sido desgastadas por el viento solar. Se puede encontrar la gobernadora, la sabaneta, pastizales, ocotillos, magueyales y cactáceas, algunas de ellas endémicas, yucas, candelilla, nopaleras, mezquites. A su vez, se pueden observar liebres y conejos, ratones y ratas canguro, zorros, coyotes y búhos. Al igual que la vegetación, los animales sufren adaptaciones especiales que les permiten vivir en las condiciones adversas de esta árida región.
La Zona del Silencio es frecuentemente comparada con el Triángulo de las Bermudas, las Pirámides de Egipto, las Ciudades Sagradas del Tíbet, Cabo Cañaveral, todas localizándose entre los paralelos 26 y 28. Pronto surgió la versión de que justo al otro lado del mundo, en algún lugar del Tíbet o Nepal, existía una zona con las mismas características, por lo que se considera la zona como un polo donde se concentraba la energía terrestre. En 1978 se creó la Reserva de la Biosfera de Mapimí, auspiciada por el programa El Hombre y la Biosfera de la UNESCO, el Instituto de Ecología, el CONACYT y otras organizaciones. Muchos de los fenómenos de la zona no han sido investigados a la profundidad requerida, por lo que no se ha ofrecido una evidencia científica sólida que confirme estos hechos.
El caso de Edward Mordake
Edward Mordake, de quien se decía que era heredero de una de las familias más aristocráticas de Inglaterra. Sin embargo, nunca reclamó su título y se suicidó a los 23 años. Vivía totalmente recluído. Su figura destacaba por su gracia, y su cara, es decir su cara natural, era muy hermosa. Pero en la parte de atrás de su cabeza tenía otra cara; esta de una bella joven "encantadora como un sueño, horrible como un demonio". La cara femenina era solo una máscara, ocupando solo una pequeña parte del cráneo pero exhibía signos de inteligencia, de una inteligencia maligna sin embargo. Podía vérsela sonreír burlonamente mientras Mordake dormía. Sus ojos seguían los movimientos del espectador y los labios farfullaban sin cesar. Ninguna voz se oía pero Mordake afirmaba que no podía dormir por la noche debido a los odiosos susurros de su "gemela diabólica" como la llamaba, "que nunca duerme, si no que me habla continuamente de unas cosas tales que solo pueden hablarse en el infierno"· A pesar de que lo vigilaban constantemente, consiguió veneno y se suicidó. Dejó una carta en la que pedía que "la cara demoníaca fuera destruida antes de ser enterrado para que no continúe con sus horribles susurros en mi tumba
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